El académico del Programa Salud y Comunidad de la ESP enfatiza en que “el problema es que se sigue perpetuando este círculo vicioso de listas de espera, falta de especialistas en hospitales teniendo pabellones, problemas de gestión, etc. Y mientras no se vaya al origen, que es determinar la capacidad resolutiva de la APS, no vamos a tener un buen diagnóstico de la brecha. Con suerte uno podría saber -si la autoridad lo tuviera claro- el listado de pacientes con interconsulta pendiente originada de la APS, sin embargo, mucha de la lista de espera podría resolverse a nivel de los consultorios públicos. Es muy relevante que si se quiere enfrentar este tema se haga con perspectiva de red”.
Según el docente, el porcentaje de profesionales médicos que trabajan en el sector privado es preocupante: “El 60% de los médicos trabaja en el sector privado para atender al 20% de la población, que es una cifra aberrante y eso se produce por falta de planificación. Los libros más básicos de salud refieren que los RR.HH. son lo más importante. Entonces hay un error significativo de fondo. Claramente existe una mala planificación estratégica de la reforma”.
Respecto a cifras concretas sobre especialistas que se requieren, afirma que “hasta ahora hay algunos informes del Minsal, que se han repetido en el tiempo, en base a percepciones de directores de servicios de salud que utilizan como medidores de brechas las listas de espera, que no tienen una perspectiva de red, porque no consideran a los médicos generales y especialistas de atención primaria. Además, existe un informe realizado por el Banco Mundial y el MINSAL (publicado el año 2010) que usa estándares españoles; es decir, utilizando como referencia un país con sistema de salud casi 100% público, claramente una realidad muy diferente a la nuestra. En Chile tenemos un sistema privado que no representa una cantidad tan importante de usuarios, pero que en términos del recurso médico es muy relevante”.
El doctor Bass plantea que “para saber realmente cuál y dónde es la necesidad de los especialistas, se requieren varias herramientas: asegurarnos de que las horas de los especialistas hospitalarios se utilicen, construir indicadores de especialistas por población adecuados a nuestra realidad y establecer un estándar de médicos de familia por población en APS. Obtener el análisis de las necesidades de RR.HH. desde el MINSAL, donde participen otros actores, como universidades, gremios, academia, que permita dar cuenta de un diagnóstico más certero”.
Y afirma que “nadie ha pensado bien un modelo que, efectivamente, cierre la brecha. Los dos reglamentos de becas de especialidades que existen hoy están obsoletos. Son muy rígidos. Por ejemplo, se dan casos de cupos para devolver en regiones que no son tan demandados y viceversa. Te destinan a un lugar de trabajo en una situación en la que luego de 3 años lamentablemente te enfrentas con que tus planes han cambiado: te casas, tienes hijos, etc. Como también pasa que llega un gineco-obstetra a un servicio de salud y le dicen que no tienen su cargo, así que durante un año no lo pueden contratar o lo destinan 6 años a un lugar donde no hay pabellón, ¿qué lógica tiene? El llamado es que se establezca un comité interinstitucional que pueda definir cómo hacer un buen diagnóstico en un plazo de un año y así poder proponer una estrategia de Estado que permita cerrar las brechas. Si no, va a suceder lo mismo que el año 2007, cuando se amplió la oferta de formación desde el aparato público, necesitando especialistas de todo, sin una estrategia definida y por lo tanto, tendremos el mismo problema del déficit siempre”.
Por si fuera poco, agrega que “el Modelo Integral de Salud Familiar y Comunitario no está implementado como debiera, no está funcionando en más del 90% de las comunas, como debiera ser. Tenemos un gran problema en APS, que a 15 años de su implementación no se ha consolidado. La idea sería tener un médico y un equipo de salud por una cantidad específica de población”.
Además, refuerza que la solución en esta materia no es sólo formar especialistas. “Llegar y establecer una meta de 1.000 especialistas al año sin especificar cuáles, dónde, ni en qué condiciones es un despropósito. La acreditación de los programas de formación de especialistas también ha ido más lento de lo que debiera. El MINSAL se está preocupando más que de cumplir un número, por compromiso político, de que esos médicos sean bien formados y devuelvan la especialidad en un lugar donde sea realmente necesario. Por lo mismo, me parece que urge formar el comité y modificar el reglamento, para dar a los residentes la condición de funcionarios del sistema público. Ya que sin esta situación funcionaria hay indefinición de algunas tareas y abuso de algunas instituciones. Por ejemplo, residentes embarazadas que están siendo obligadas a hacer turnos hasta prácticamente el parto”, finaliza.
Por Sandra Vargas Bravo