La información epidemiológica disponible acerca de la pandemia por COVID- 19 en nuestro país, muestra un incremento relevante de los casos en las últimas semanas, en particular en la Región Metropolitana (RM), con la progresiva saturación de los servicios de atención de salud, en particular de cuidados críticos (ocupación mayor al 90%).
En este contexto de múltiples medidas preventivas implementadas (cuarentenas progresivas, suspensión de clases, fomento del teletrabajo, cordones sanitarios, promoción del aislamiento físico, cuarentena total, etc.) resulta relevante avanzar en la caracterización de la actual dinámica de propagación de la epidemia por COViD-19, de tal forma de comprender la falta de efectividad relativa de las diversas medidas de aislamiento físico implementadas a la fecha, particularmente en aquellas comunas con alta incidencia acumulada de casos.
De esta forma se proponen recomendaciones basadas en el contexto socio-sanitario de la epidemia, las cuales se pueden descargar en documento completo (a mano derecha de la pantalla)
Crecimiento acelerado de la propagación
El análisis a nivel nacional y sus proyecciones según expertos/as muestran incremento en el crecimiento/transmisión diaria confirmando la aceleración de la tasa de crecimiento. A nivel Regional la situación ha tenido dinámicas heterogéneas, confirmando la co-existencia de varias epidemias concurrentes, donde hay regiones que han disminuido la velocidad de sus tasas de crecimiento y otras nuevas que están registrando aumento (Canals y cols, 2020)
Reflexiones sobre la pertinencia actual de medidas socio-sanitarias; nuestras recomendaciones:
Ante este escenario de dinámica social de propagación de la epidemia en la R.M resulta improbable que sólo el mandato de una cuarentena más amplia y estricta de la región logre controlar su propagación. Responsabilizar a las personas del aceleramiento de la propagación y extremar la penalización a las personas sin brindar recursos y condiciones profundiza la desconfianza y la distancia entre la autoridad y las personas. Nos encontramos con determinantes sociales de la enfermedad vinculados a la pobreza y desigualdades sociales, precariedades laborales, hacinamiento y también problemas de planificación urbana. Existen desconfianzas sociales y diversidades culturales en relación a los modelos subjetivos de configuración de los proceso de salud enfermedad, los que se encuentran a la base de la incidencia de los casos y del proceso social de contagios.
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