El proyecto desarrollado en su primera etapa de mayo a junio de 2020 tuvo por objetivo evaluar y comparar el impacto social durante y después del período de confinamiento aplicado como medida de prevención y control del SARS-CoV-2 en la población mayor de 18 años residentes de Chile y en Brasil, Perú, Ecuador, España y México. En el caso de nuestro país la institución responsable es la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile, y la académica Dra. Olivia Horna es quien lidera la iniciativa como investigadora principal junto a los académicos de la misma institución, Mg. Marinella Mazzei, Dra. Maria Sol Anigstein Vidal y Dr. Rodrigo Villegas.
Los principales resultados fueron presentados en el evento llamado “Impacto social generado en la población durante y después del confinamiento aplicado como medida de prevención y control del SARS-CoV-2 en Brasil, Chile, Perú, Ecuador, España y México” ocasión en la cual los investigadores de cada uno de los países, entregaron sus principales resultados, donde se dejó de manifiesto que los efectos del Covid-19 han evidenciado las condiciones de vulnerabilidad social y un impacto negativo en la vida y bienestar psicológico de la población. En nuestro país, la Dra. Olivia Horna, señaló que “el efecto negativo ha sido en particular en las mujeres que han tenido un papel protagónico en los cuidados familiares y en la primera línea de los servicios asistenciales. Lo que ha dado lugar a una sobrecarga que tiene como resultado, una precarización de su propia vida, ya que son quienes presentan mayores niveles de ansiedad y depresión”.
En este sentido, la encuesta aplicada en la primera etapa de la pandemia reflejó mayor participación por parte de las mujeres, “siendo casi 2/3 de la muestra y se presentó la misma magnitud de contribución de la Región Metropolitana, sobre todo del sector oriente, en relación a todo el territorio nacional. Sólo el 4,6% de quienes respondieron la encuesta se identificaron como extranjeros y prácticamente el 10% del total de los encuestados, declaró pertenecer a un pueblo originario de ellos 88,6% señalan ser de etnia mapuche. De quienes respondieron, dos tercios de ellos tenían estudios universitarios o superior con una distribución muy similar entre hombres y mujeres” detalla la académica de la Universidad de Chile.
El informe indica, que el 40% de las personas entrevistadas referían haber estado en cuarentena o en confinamiento al menos 61 días, según explica Olivia Horna “esta distribución es ligeramente superior en las mujeres con 45% y un 32,6% en los hombres. Casi el 15% de los participantes estaban realizando cuarentena en el minuto de la encuesta y de ellos, el 52% se dedicaba a trabajos esenciales relacionados con la salud, siendo en este apartado un 60% mujeres y un 39% hombres; un tercio de ellos corresponde a trabajadores del sector privado y un 21,3 al sector público. Durante el proceso, el 41% de ellos realizaban confinamiento obligatorio decretado por el Gobierno, siendo mucho mayor este porcentaje en las mujeres con 65% y un 35% en los hombres. En cuanto al sistema de salud, el 49% informó estar en Isapre y un 41% en Fonasa con una distribución muy similar entre hombres y mujeres”.
El efecto pandémico en las mujeres
Los principales resultados orientados a los efectos del confinamiento permiten observar que el 52% siente que la cuarentena ha empeorado su situación laboral, siendo la distribución similar en hombres y mujeres. En este sentido la Dra. Horna detalla las diferencias encontradas por género: “en cuanto a la carga del trabajo doméstico y el cuidado de los niños el 42,3% declara que el trabajo doméstico y el cuidado de los niños es equitativo en todos los miembros, sin embargo, cuando se le pregunta quién de ellos es el que realiza las actividades, se observa que hay una diferencia importante entre lo que declaran hombres y mujeres siendo el 35,5% desarrollado por las mujeres y solo un 9,4% por los hombres. Esta situación también se ve reflejada cuando se pregunta por los habitantes del hogar, donde un 16,1% indica que vive con tres o más personas que requieren cuidados en su hogar, con una distribución del 17% en las mujeres y un 14% en hombres”.
La salud mental, la violencia física y psicológica también fue un elemento evaluado en detalle, en este sentido la investigadora principal indica “aquí se pudo observar que un 8% de los encuestados refiere haber sufrido violencia y esta violencia llama la atención que es en la misma magnitud tanto en hombres como en mujeres. Sin embargo, existe un leve incremento al evaluar su salud donde el género femenino se auto reconoce como regular o mala con un 19%, cuatro puntos porcentuales por sobre los hombres. En cuanto al consumo del tabaco y alcohol, podemos observar un porcentaje similar por género, donde se indica un aumento del 8% en el consumo del tabaco y cerca de un 14% en el consumo de alcohol. Respecto al consumo de ansiolíticos y drogas no ilegales, observamos que en el caso de las mujeres se incrementó al doble de los hombres, 10,6 % en las mujeres y un 5,3% en los hombres, en tanto en las drogas ilegales aumentaron el consumo un porcentaje mayor en los hombres con 5,2% y un 3,6% en las mujeres”.
Y agrega “respecto al haberse sentido nervioso, ansioso, o muy alterado, o desanimado, o deprimido se establece que las mujeres fueron las que sintieron mayor sensación de nervios o ansiedad, más de la mitad de los días en un 30% y casi todos los días en un 25,9%, cifra superior en relación con los hombres. En el caso de sentirse depresivo, se demuestra que también es mayor en las mujeres, sobre todo en sentirse depresivas varios días a la semana; aquí es un 45% de las mujeres versus un 39% en los hombres, mostrando diferencias estadísticamente significativas. Por último, donde hay un incremento muy superior, pero no hay diferencias por sexo, es en el consumo de televisión, plataformas y redes digitales donde el incremento fue superior al 50%” finaliza la Dra. Olivia Horna.