Declaración de Santiago Sobre Salud Global y Diplomacia de la Salud en América Latina

Nosotros:

            Las Instituciones[1] que formamos parte de la Alianza Latinoamericana de Salud Global (ALASAG), nos hemos reunidos en ocasión del VII Congreso Latinoamericano y del Caribe de Salud Global: Perspectivas y desafíos en un escenario post-pandemia - Fortaleciendo Alianzas de Salud Global en América Latina y el Caribe, realizado los días 16 y 17 de noviembre, en Santiago de Chile.

            Hemos analizado el escenario regional de la salud global frente a la crisis climática y ambiental global, las migraciones intrarregionales, la respuesta a la pandemia, el combate al hambre y la inseguridad alimentaria y la malnutrición, analizando éxitos y desafíos, la necesidad del fortalecimiento y la mejora continua de la vigilancia integrada de las enfermedades y la preparación para emergencias sanitarias, así como la necesidad de articular los esfuerzos de cooperación.

            En tal sentido,

Expresamos:

Somos conscientes de que la salud individual y colectiva es totalmente dependiente de causas que transcienden la esfera individuo-enfermedad, y que se ubican en las condiciones políticas, sociales, económicas y ambientales en que nacen, viven, trabajan y mueren las personas – los determinantes sociales de la salud.

Consideramos que, en el escenario actual, el modelo de desarrollo es generador de crecientes desigualdades sociales, que determinan graves inequidades en las condiciones de salud y donde es necesario un nuevo modelo de producción de la salud, basada en la estrategia de atención primaria de salud y con énfasis en la promoción, prevención y atención de la salud, y que promueva la acción intersectorial para abordar la determinación social.

Llamamos la atención sobre la necesidad de revertir el modelo de desarrollo vigente de forma global. De persistir el mismo, su impacto en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenibles, como el cambio climático, la deforestación, la pérdida de la biodiversidad, entre otros, auguran la amenaza de nuevos episodios con potencial pandémico, así como la proliferación de violencia interpersonal y conflictos armados, al interior y entre las naciones.

Nuestra profunda preocupación por la crisis multidimensional vigente radica en el profundo impacto que tiene en la salud de los individuos, las familias, y sus comunidades. La crisis necesita una respuesta adecuada del Estado y de la sociedad, en los niveles nacionales y locales, pero también en el nivel global, regional y subregional, y en estas esferas, las respuestas se referencian a la salud global y la diplomacia de la salud.

En nuestro VII Congreso hemos abordado los interrogantes y las soluciones de la crisis en la que el mundo y nuestra región se encuentran inmersos, así como vislumbrado soluciones. En tal sentido, somos concientes del papel de la investigación  y las instituciones académicas involucrados con esta díada de la salud global y la diplomacia de la salud.

Somos conscientes que un aspecto político de esta crisis multidimensional incluye, en muchas partes del mundo, la negación de la democracia como valor civilizatorio fundamental. El alza de la extrema-derecha y sus posturas golpistas en contra del Estado Democrático de Derecho amenaza la sobrevivencia de las reglas fundamentales de convivencia social y lo rechazamos de forma firme y decidida.

Observamos con extrema preocupación el escenario de fragilización del multilateralismo global y regional, que se traduce en la distancia entre una ‘retórica adecuada’ que utilizan los Estados-miembros, y la concretización, en la práctica, de las propuestas y decisiones tomadas. Tal es la realidad, que se observó en los últimos dos años con relación al acceso equitativo a las vacunas para la Covid-19, por citar apenas un ejemplo. Pero también verificamos la distancia entre la retórica y la práctica en diversos  campos importantes, como el socioeconómico, el ambiental, el de nuevas gobernanzas, sea a nivel de las Naciones Unidas, sus agencias, fondos y programas, o a nivel del multilateralismo regional y subregional en América Latina.

Saludamos a los pueblos latinoamericanos, que han apostado por la democracia en elecciones nacionales en años recientes y por el rechazo al modelo de desarrollo neoliberal, excluyente y desigual, y la opción por un desarrollo más equitativo, justo e incluyente de los grupos mas vulnerables de la población.

En tal sentido, vivimos la perspectiva esperanzadora del impulso de una diplomacia de la salud progresista en Latinoamérica, en la cual tengamos en la cooperación internacional solidaria un valor central en la relación entre nuestros países. Para aprovechar y consolidar la 'ventana de oportunidades' que se abre para una 'diplomacia en salud progresista' en la región, los gobiernos nacionales y las instituciones multilaterales regionales y subregionales deben buscar, de inmediato, a través de la diplomacia en salud, una agenda convergente de cooperación en salud, capaz de colaborar en la formulación e implementación de políticas socio-económicas y de salud integrales, resolutivas y apoyadas por la población.

Asimismo, el actual modelo de producción y consumo, vigente a nivel global, ha incrementado los desafíos globales que han sido analizados en este VII Congreso, como el cambio climático, la inseguridad alimentaria, las migraciones, los refugiados y la necesidad de extender la protección social. En este escenario, resulta necesario potenciar la cooperación y la convergencia de las agendas a nivel subregional en salud, así como propiciar el trabajo conjunto entre la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la Comunidad de Estados Latino Americanos y del Caribe (CELAC), el Consejo de Ministros de Salud de Centro América y República Dominicana (COMISCA), las Reuniones de Ministros de Salud del MERCOSUR, las Reuniones de Ministros de Salud Andinos del ORAS/CONHU, y con otros foros subregionales de integración en salud, propiciando un dialogo virtuoso y propiciando convergencias de agendas, así como diseñando los arreglos de gobernanza necesarios para abordar los desafíos de salud de la región.
La crisis ambiental global, que es producto del actual modelo de desarrollo, afecta a la salud. En tal sentido, las gobernanzas a nivel regional y subregional en salud deben tener un papel estratégico, produciendo conocimiento e información tendiente a la mitigación de sus efectos, sensibilización de los actores de la sociedad civil y propiciando el trabajo intersectorial al respecto.

Por todo lo expuesto,

Instamos:

A los Gobiernos de la región y al multilateralismo regional en salud a trabajar en forma conjunta, dialogar y priorizar problemas y desafíos comunes, procurando un accionar conjunto para el cumplimiento del ODS 3 Salud, sobre la base de la estrategia de APS, la Agenda 2030 con sus 17 ODS, que constituyen importantes determinantes de la salud de nuestras poblaciones, y el compromiso de “no dejar a nadie atrás”. ALASAG se encuentra plenamente movilizada para apoyar los esfuerzos regionales en esta dirección.

A las instituciones académicas de la región a que se movilicen para contribuir en la producción del conocimiento necesario para construir políticas adecuadas destinadas a enfrentar la situación socio-epidemiológica, ambiental y de los sistemas de salud, vigentes;

Que se movilicen para formar la fuerza de trabajo necesaria para hacer avanzar el campo de la salud global y diplomacia de la salud en la región;

Que se articulen con los movimientos sociales para tener certeza de que estén correspondiendo a las expectativas sobre las respuestas del mundo académico a las necesidades de la sociedad;

Expresamos la necesidad de avanzar en la autosuficiencia en la producción de medicamentos, vacunas e insumos estratégicos, articulando las iniciativas del multilateralismo regional en salud, tales como el desarrollo y la producción regional de substancias químico farmacéuticas  (IFAs), los mecanismos de negociación de precios y de compras conjuntas; el desarrollo de consorcios de investigación y desarrollo para la producción de vacunas; el desarrollo regional de ensayos clínicos, y el desarrollo de estrategias de flexibilización de los sistemas de propiedad intelectual, anteponiendo la salud pública sobre los intereses comerciales, así como estrategias tendientes a la homologación de registros farmacéuticos y reconocimiento mutuo, promoviendo la soberanía sanitaria y un mayor acceso universal a vacunas, medicamentos e insumos estratégicos en salud.

A trabajar mancumunando esfuerzos, por medio de la cooperación y la solidaridad de Gobiernos, iniciativas de integración regional en salud e instituciones académicas sinergizando esfuerzos en pro de los desafíos de salud de los pueblos de nuestra región.

Santiago de Chile, 17 de noviembre de 2022

[1] Instituciones que componen ALASAG: Fundação Osvaldo Cruz, Brasil; Centro de Investigación en Cuidado de Enfermería y Salud (CICES), Universidad de Costa Rica; Universidad del Norte, Colombia; Universidad ISALUD, Argentina; Instituto Nacional de Salud Pública, México; Universidad Peruana Cayetano Heredia; Escuela de Salud Pública ‘Salvador Allende’, Universidad de Chile; Universidad do Estado do Rio de Janeiro, Brasil; Faculdade de Saúde Pública, Universidade de São Paulo; Facultad de Salud Pública ‘Héctor Abad Gómez’, Universidad de Antioquia, Colombia

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