“La temática de mi tesis de magíster en Salud Pública fue el inicio de lo que más tarde se convertiría en mi actual línea de investigación. Si bien la implementación de la reforma en Chile llevaba 4-5 años, no había evidencia empírica de cuál era la percepción de los profesionales que tenían directa relación con estos cambios, porque desde las políticas de salud, este proceso no es solo técnico, sino también político. Entonces se percibía una resistencia al momento de la implementación, ya que como estos son procesos políticos rápidos, las instituciones no están preparadas para responder eficazmente a los nuevos desafíos. En Chile esta información tenía poca evidencia y quise ahondar en ello”, explica el profesional.
Entre las principales conclusiones de su tesis figuran dificultades por parte de los equipos de salud para abordar la implementación de los cambios debido a una arraigada cultura organizacional de las instituciones, ya que quienes diseñaron el modelo de salud no tenían cómo prever cuáles serían los nuevos desafíos. “Esto generaba una exigencia ciudadana que presentaba cierta tensión. Los directores de hospitales y actores claves en el sistema describieron que la reforma era buena, pero no existía una asistencia necesaria a los profesionales que estaban en el terreno que cumpliera con las expectativas”.
Y afirma que: “A 10 años del funcionamiento del Auge, estos resultados siguen vigentes. Por ejemplo, es evidente la necesidad de fortalecer las políticas de recursos humanos, mejorar la infraestructura de las instituciones y el desafío constante de contribuir a mejorar la salud de la población. El debate radica hoy en cuestionar ¿qué pasa con las atenciones que no son Auge, con las listas de espera? Son materias que aún hay que reforzar”, enfatiza.
El académico explica en su tesis que una de las debilidades de los recursos humanos es la ausencia de políticas y procesos de planificación; aspecto relevante para el éxito de la implementación de las Garantías Explícitas en Salud (GES), así como de los cambios organizacionales. “La implementación de la reforma ha estado determinada por la escasez de especialidades médicas y otros profesionales de la salud que han obstaculizado la implementación de las garantías”. Por ello, propone algunas recomendaciones como, por ejemplo: “Disminuir la tensión del sistema y concentrar los recursos del sector en el diseño de estrategias y planes que permitan superar las brechas entre el diseño y la implementación de los cambios; trabajar estrategias de gestión para los RR.HH. en salud que se relacionen a las necesidades producto de los cambios en la provisión de servicios y gestión de las instituciones y mejorar incentivos para la permanencia de los profesionales en el sector público”.
Respecto al magíster en Salud Pública de la ESP asevera que: “Egresado se me presentaron ofertas laborales no solo en la región de Los Ríos, sino también en la Región Metropolitana. Especialmente, enfocadas en el ámbito de las políticas y gestión en salud. Sin duda, el programa me permitió desarrollar actividades profesionales diferentes a las académicas y su realización contribuyó a mi desarrollo profesional en la elaboración de documentos técnicos y de asesoría en políticas, sistemas y servicios de salud”. Asimismo destaca “el hecho de aprender de mis compañeros, conocer experiencias ajenas y las expectativas posteriores que cada uno tenía. Además aprendí mucho de los docentes fuera del aula sobre los sistemas de salud que era y es uno de los temas que más me interesa”.
Y agrega que “en el magíster pude profundizar en políticas y economía de la salud, epidemiología y gestión en salud. Gracias a las indagaciones en estas áreas me di cuenta de mi vocación por la salud pública”.
Hasta el 31 de agosto puedes postular al magíster en Salud Pública, clic aquí.
Sandra Vargas B.
