Según el académico, el Hospital Dr. Eduardo Schütz, fundado en 1853, “tiene notables equipos clínicos y polos de desarrollo en áreas de subespecialidades, una activa urgencia, camas críticas intensivas, cardiológicas y neuroquirúrgicas, 16 pabellones (deben estar en plena operación este año), dos scanner y un resonador. Pese a eso, siempre estamos detrás de la epidemiología de la población, que envejece a pasos agigantados y que requiere una medicina más intensiva en especialidades y apoyo diagnóstico. El hospital atiende a 250 mil pacientes de la ciudad, pero su área de influencia implica toda la región de Los Lagos y para algunas especialidades, las regiones XI y XII. Si el Hospital ha sido diseñado para dar respuesta a nuestros principales problemas epidemiológicos, me parece que debemos pensar cómo funcionamos en 10 ó 20 años más. Para mí uno de esos desafíos clínicos, éticos y de articulación de las redes, es el envejecimiento en la población; cada vez estamos tratando, hospitalizando, operando a pacientes más viejos. Y sin embargo, no tenemos un gran servicio en oncología, como Valdivia. Algunos de nuestros esfuerzos futuros tendrán que ver con esto”, afirma.
Para el docente, este nuevo desafío tiene que ver con el rol de la docencia y de postgrado: “Estoy orgulloso de haber realizado el doctorado, de haber pasado por la ESP y, ahora, venir a aportar a provincia. Siento que esto representa una profundización del doctorado y postdoctorado. No siento que sea un camino torcido. Al contrario”.
El médico cirujano de la Universidad de Valparaíso, magíster y doctorado en Salud Pública de la U. de Chile, afirma que las fortalezas del hospital -que en su visión aspira a ser el mejor hospital clínico del sur de Chile- radican en ser un recinto nuevo, con tecnología avanzada y un equipo humano muy motivado.
En contraparte, una de las dificultades, y desafío a la vez, que vislumbra es el desarrollo tecno-científico. “Los estudios de ciencia y tecnología en los que ahondé en estos últimos 8 años me ayudarán a articular mejor estos diferentes mundos, como el clínico, social, étnico… y, como buen discípulo del Dr. Miguel Kottow, pienso avivar temas bioéticos, que hoy los veo aún más relevantes. La medicina tiene potencialidades curativas increíbles, con sobrevida de pacientes que hasta hace poco ni sospechábamos. Uno de los principales debates éticos es la confrontación de la salud humana versus la salud del planeta. Adentrarse en la pregunta acerca de si la salud humana del siglo XXI va a ser amigable con la salud del planeta: ¿ahorraremos energía, seremos más cuidadosos con la naturaleza, tomaremos conciencia, mediremos impactos?”.
Asimismo, Carvajal enarbola el desarrollo local de la región, ya que señala “se sienten los 1.000 kilómetros de distancia de Santiago. Acá no está la biblioteca de la Facultad de Medicina, las librerías, no está Miguel Kottow para las largas conversaciones sobre la profesión. En Puerto Montt tenemos que tener una biblioteca biomédica, postgrados en Salud Pública, posibilitar traslado de becados, etc. Quiero trabajar en hacerlo posible”.
Como desafío personal, “me planteo si realmente soy el bioeticista que digo ser, el sociólogo. Estoy convencido que los intelectuales somos útiles. Asumí este desafío porque creo tener la responsabilidad: fui becado, doctorado, hice un Fondecyt y tengo la necesidad de devolver lo que me dieron. Estamos organizando una revista científica local y para eso la experiencia que viví en la Escuela como editor de la Revista Chilena de Salud Pública es invaluable. El trabajo en Nuevos Folios también debería ayudarnos en este relevamiento de los debates bioéticos”.
Según la web del centro asistencial, el Hospital de Puerto Montt lleva el nombre Dr. Eduardo Schütz Schroeder, quien fue un destacado médico pediatra, que se desempeñó como especialista en los años 40. Fue conocido por la comunidad de la región como el doctor del pueblo, pues visitaba a sus pacientes de origen humilde de forma gratuita; un médico de los pobres con mucho amor y vocación; médico ad honorem de la Sociedad Benéfica la Gota de Leche; hijo ilustre de Puerto Montt en 1987. En el año 2000 fallece en Santiago y, cumpliendo su deseo, su cuerpo fue trasladado al Cementerio General de Puerto Montt.
Sandra Vargas B.