Reunido el Claustro de la Escuela de Salud Pública para analizar los antecedentes de la decisión adoptada por la administración de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, que retiene el 50% de los recursos de los ingresos generados por concepto de los aranceles de los Programas de postgrados impartidos desde la Escuela, menoscabando la autonomía decisional de nuestros recursos, se ha resuelto por unanimidad lo siguiente:
1°- Deploramos y rechazamos tanto la forma como el fondo de la decisión adoptada. Consideramos ofensivo para el respeto que nos debemos en el marco de nuestras relaciones, que a una unidad académica como la de la Escuela se le aplique una medida tan lesiva de manera unilateral y de facto. El Claustro considera que la forma en que fue adoptada y comunicada la decisión a la dirección de la Escuela es inaceptable y hace notar que la ausencia de diálogo para decidir es aún más grave, por cuanto es evidente que la medida carece de un sustento técnico conceptual que la legitime y apela para ejecutarla a la imposición de un modelo autoritario y centralizador que no compartimos. Este es un camino inadecuado para enfrentar la crisis financiera que arrastra desde hace largo tiempo la Facultad de Medicina porque es impropio del pluralismo que caracteriza a nuestra cultura universitaria. Para enfrentar la crisis necesitamos un estilo de gestión que sea transparente, que opere con diagnósticos claros y compartidos acerca de las causas que han generado el problema financiero, que sirva para orientar medidas racionales y efectivas de solución, que no dañe la misión institucional de unidades académicas como la nuestra y que no afecte el clima organizacional, así como la confianza y la credibilidad en las autoridades. Esta falta de claridad y diagnóstico es una demanda que ya ha sido manifestada por otras unidades y también ha sido puesta en el senado universitario como un requisito para las medidas que se tomen en la Facultad.
2°.- Consideramos ofensivo calificar la gestión descentralizada del 50% de los recursos generados por el conjunto de nuestra comunidad, como un privilegio o un atentado a la igualdad o equidad interna de la Facultad. Muy por el contrario, este Claustro considera que se trata de uno de los pocos ejemplos de gestión responsable, democrática y descentralizadora de las decisiones y de la gestión de los recursos que existen en nuestra institución y, que en nuestra opinión, ha permitido el desarrollo progresivo de la cobertura y calidad de sus programas académicos. Reivindicamos nuestro derecho a un conocimiento pleno y completo de la situación financiera de la Facultad porque estamos ciertos que como unidad académica no somos responsables del problema que se pretende resolver restándonos recursos y autonomía.
3°.- Nos resulta incomprensible y doloroso que se afecte el valor de nuestra Escuela en el proceso de construcción de la salud pública chilena. Desde siempre, pero en particular en la situación de crisis sanitaria más grave que ha vivido Chile en su historia, la Escuela de Salud Pública ha acompañado a la Universidad y al país haciendo una contribución que ha sido valorada por todos los sectores. Nuestra institución ha dado muestras a lo largo de su historia, de esfuerzos sustantivos por contribuir a la salud colectiva del país, lo que entre muchas otras iniciativas y proyectos ha implicado, el desarrollo de programas académicos de doctorado y magíster que contribuyen cotidianamente al cumplimiento efectivo de nuestra misión institucional, y al mismo tiempo aportan recursos financieros a la Facultad. Gracias a la responsable y rigurosa gestión autónoma de los programas y parte de los recursos generados por el conjunto de nuestra comunidad, hemos sido capaces de llevar a cabo un proyecto de desarrollo institucional que ha demostrado ser viable y sustentable.
4°- En este marco de estupor y molestia de nuestra comunidad Escuela, invitamos a las autoridades de Facultad a reconsiderar sus decisiones y a reponer la gestión descentralizada del 50% de los recursos generados por nuestra unidad académica en el ámbito de la formación de postgrado, lo cual debe ir acompañado del cumplimiento de los compromisos presupuestarios que la Facultad ha adoptado con nuestra comunidad, lo que incluye la reposición y contratación de la 46 JCE académicas y mantener las 38 JCE de personal de colaboración que la Escuela necesita como mínimo para su funcionamiento.
5°- Manifestamos nuestro compromiso y solidaridad con los desafíos académicos y financieros que enfrentamos como comunidad y consistentes con nuestra propia historia, ponemos toda nuestra creatividad y capacidad colectiva a disposición del crecimiento de la Facultad y de su proyecto social y académico. Al mismo tiempo declaramos que este compromiso es posible sólo en un ambiente de confianza, respeto mutuo, disposición al diálogo democrático para actuar con rigurosidad técnico conceptual al momento de construir colectivamente las soluciones que necesitamos.
6°- Por todo lo anterior, este Claustro por unanimidad ha decidido rechazar las medidas implementadas por la autoridad y reaccionar con racionalidad y prudencia, pero al mismo tiempo con fuerza y convicción frente a lo que consideramos el límite de lo razonable y permisible, en un marco de valoración de nuestra propia historia, rol y compromisos con la salud de la colectividad. Al mismo tiempo, el Claustro ha decidido explorar todos los caminos que nos permitan sacar adelante nuestro proyecto de desarrollo académico institucional, en los términos definidos por la comunidad de la Escuela. Finalmente, por unanimidad, el Claustro ha decidido dar nuestro más absoluto respaldo a las autoridades de la Escuela, su Dirección y Consejo que han tenido que enfrentar esta injusta decisión y los mandatamos para que sigan defendiendo los legítimos intereses y sueños de nuestra comunidad.
Claustro Escuela de Salud Pública Dr. Salvador Allende G.