No cabe duda, que la actual crisis socio-sanitaria ha vuelto a poner de manifiesto que las desigualdades sociales afectan de forma desproporcionada a las personas más vulnerables, incluida la población migrante, es en este marco, en que la Dra. Valeria Stuardo académica de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile, se ha planteado generar un sistema de vigilancia de base comunitaria entre organizaciones de base y centros de salud sexual para monitorizar la salud sexual y enfermedades transmisibles relacionadas en población migrante.
El trabajo que se desarrollará durante los próximos 3 años, fue adjudicado en el marco del su proyecto Fondecyt Regular denominado “Vigilancia de base comunitaria de los aspectos socio-epidemiológicos vinculados a la salud sexual y enfermedades transmisibles relacionadas en población migrante en Chile” (Community based surveillance of socio-epidemiological aspects linked to sexual health and related communicable diseases in migrant population in Chile).
En este sentido, actualmente, los sistemas de vigilancia de la salud pública enfrentan muchos desafíos, incluida la necesidad de evolucionar y mejorar constantemente la vigilancia creando sistemas más eficientes para recopilar y analizar datos sobre aspectos sociales que puedan producir señales de alerta temprana para conocer las tendencias en salud y los factores de riesgo asociados. La vigilancia basada en la comunidad (CBS de su sigla en inglés ) permite generar a nivel comunitario sistemas de recolección de información permanente, identificar y monitorizar las desigualdades.
Según explica la investigadora principal, el marco de la investigación se basa en que “las situaciones que viven las y los migrantes, al salir de su país, durante el tránsito y al llegar al lugar de destino, o sea, en sus trayectorias migratorias, los exponen a diferentes factores de riesgo de VIH/ITS, violencia, abuso sexual, discriminación, etc. Todas estas desigualdades se acrecientan con el limitado o nulo acceso a los servicios de salud sexual en los países receptores” explica la Dra. Stuardo.
En estas situaciones es donde la migración y la salud sexual, juntas, parecen altamente invisibles, en un contexto global en el que las trayectorias migratorias a menudo están plagadas de violencia generalizada, muchas veces en forma de un Continuum de violencia individual, interpersonal, comunitaria y estructural, todas transversalizadas por una perspectiva de género.
Trabajo con migrantes en el norte y en centro de Chile
Con este marco, y para lograr los objetivos de esta investigación se realizará un estudio de metodología mixta con componente cualitativo y cuantitativo, enmarcado dentro del enfoque de Investigación de Implementación (Implementation research), el cual tendrá como grupo de estudio a población migrante de cualquier nacionalidad y género, residente en las ciudades Antofagasta y Santiago, atendida a nivel comunitario.
El estudio estará compuesto por tres fases tal como detalla la académica de la Escuela de Salud Pública: “la fase uno, implica describir las organizaciones de base comunitaria y los servicios de atención primaria de salud sexual vinculados a la población migrante y caracterizar atributos relevantes de esta población en Chile. En la fase dos se definirán las principales dimensiones socio-epidemiológicas y culturales relacionadas con las desigualdades en salud sexual en la población migrante para el desarrollo de los indicadores de monitorización. Finalmente, en la fase tres se implementarán y evaluará el sistema de vigilancia socio-epidemiológica”.
Y agrega “el sistema de información será una recolección permanente y sistemática de datos que permitirán monitorizar indicadores de salud sexual en las personas migrantes que asisten a las organizaciones de base comunitaria, a través de una plataforma digital, que incluirá, la generación automática de datos agregados en varios formatos, además de un índice de vulnerabilidad individual. Asimismo, el sistema de vigilancia de base comunitaria será evaluado, antes y después de la implementación, de acuerdo con los contextos locales/territoriales” señala la Dra. Stuardo.
Los datos obtenidos permitirán en el futuro garantizar la estandarización y comparabilidad de los datos sobre la salud sexual de la población migrante, mejorar la comprensión de las tendencias y los resultados a través de la desagregación y el análisis apropiado de la información y mejorar el acceso y utilización de los servicios.
Finalmente la profesora Stuardo releva la importancia de la adjudicación de este nuevo trabajo para la institución. “Este proyecto viene a reconocer, fortalecer y consolidar una línea de investigación de base comunitaria que venimos trabajando hace más de 10 años desde la Escuela de Salud Pública, además de posicionar temas socio-sanitarios tan relevantes en el contexto nacional e internacional como lo son la salud sexual y los procesos migratorios”.
Cabe señalar que junto a la investigadora principal la Dra. Valeria Stuardo Ávila, académica de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile, se encuentra el equipo de co- investigadoras que está compuesto por la Dra. Julieta Belmar, académica de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile, la Dra. Mercedes Carrasco-Portiño, académica y directora del Magister en Salud Sexual y Reproductiva del Departamento de Obstetricia y Puericultura de la Universidad de Concepción, la Dra. Cecilia Bustos Ibarra, académica del Departamento de Trabajo Social de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Concepción y el Dr. Jaime Barrientos, académico de la Facultad de Psicología de la Universidad Alberto Hurtado.