Durante la jornada de este lunes, el Ministerio de Salud recomendó a la población que vuelva a usar la mascarilla en el transporte público, debido a que desde esta semana se espera que comience el peak de las enfermedades respiratorias.
Pese a que las urgencias pediátricas están colapsadas desde hace varias semanas y se han producido lamentables fallecimientos de lactantes, recién para fin de este mes de junio se proyecta que los virus respiratorios golpeen con mayor fuerza a la población, incluyendo a la adulta, lo que podría traducirse en un complejo panorama en la red asistencial.
¿Qué nos dice la historia? Entre los años 1918 y 1919, la gripe española se propagó rápidamente por todo el mundo, infectando aproximadamente a un tercio de la población mundial y causando la muerte de más de 50 millones de personas. En ese momento, se hizo obligatorio el uso de mascarillas de tela para aquellos que trabajaban en servicios de atención pública, con el fin de evitar la fácil propagación de la enfermedad.
Esta recomendación sanitaria se extendió al resto del mundo como medida preventiva, junto con diversas acciones para combatir la crisis de salud pública, como el cierre de teatros, circos, talleres, fábricas y espacios públicos.
El barbijo, la mascarilla o el cubrebocas, fue una solución de baja tecnología pero altamente efectiva que marcó una diferencia positiva en los esfuerzos nacionales y globales contra la enfermedad en esa época. También se vio su efecto positivo durante la última pandemia por el coronavirus.
Como se mencionó, hoy en día, Chile enfrenta una alta circulación de virus respiratorios en la población, disminuyendo en estos días el pico del Virus Respiratorio Sincicial (VRS), pero aumentando el virus de la influenza.
Los virus de la influenza se transmiten principalmente a través de gotitas expulsadas al toser, estornudar o hablar, las cuales pueden llegar a la boca o la nariz de las personas cercanas. Por eso, resulta altamente recomendable utilizar mascarillas en espacios con aglomeraciones o una ventilación deficiente, como el transporte público o el metro.
Debemos entender que el uso de mascarillas durante nuestros traslados en buses, colectivos, taxis y el tren subterráneo es una medida efectiva para prevenir la propagación de dichas enfermedades respiratorias. Ayuda a proteger tanto al usuario como a las personas cercanas, algo que actualmente se hace primordial entendiendo la sobre exigencia por la que atraviesa nuestro sistema de salud.
La historia nos recomienda que el uso de mascarillas es necesario, especialmente cuando personas enfermas o con síntomas las utilizan con el fin de proteger a los demás. Sin embargo, es importante tener en cuenta que las mascarillas por sí solas no son suficientes para detener la transmisibilidad, ya que deben acompañarse de medidas básicas de higiene, como lavarse las manos, usar pañuelos desechables al estornudar, ventilar los ambientes o cambiar frecuentemente las mascarillas húmedas o mojadas.
El legado de las mascarillas en la historia de la humanidad son recomendaciones que tienen sentido para enfrentar los desafíos actuales.
Columna publicada el lunes 03 de julio en el portal GNoticias