Compañeras y compañeros de trabajo, académicas y académicos y también las máximas autoridades de la ESP se dieron cita para acompañar en un íntimo desayuno el último día de trabajo de Víctor Gómez Cofré, más conocido como “Don Víctor”.
Nuestro Jefe de oficina de partes comenzó a trabajar por allá por el año 1964, cuando la entonces Escuela de Salubridad se encontraba en Marathon 1000, desde ese momento desempeñó diversas labores, incluyendo auxiliar de laboratorio y portero, lo que lo ha llevado a trabajar aquí por 59 años, siendo responsable, entre tantas funciones de la creación de la oficina de Partes.
Durante todo este tiempo “Don Víctor”, ha visto pasar a casi todos los directores que ha tenido nuestra institución “cuando llegué estaba a cargo el doctor Guillermo Adriazola, luego vino el doctor Hugo Behm, en medio de esto, durante el golpe se designó a Hernán Meriño y luego asumió el doctor Ernesto Medina, lo siguió el doctor Giorgio Solimano, el doctor Óscar Arteaga, las doctoras Patricia Frenz y Verónica Iglesias, y ahora nuevamente el Dr. Arteaga”.
Precisamente fue el actual director, quien lo acompaño con las últimas palabras de su despedida, reconociendo su labor, su personalidad y amabilidad constante, y aprovecho de entregarle un llamado para que se mantuviera activo luego de tanto tiempo trabajando, “hay dos cosas que son importantes: no dejar de lado caminar, salir aunque sea un poco y tampoco debe aislarse, porque si no ahí se pierde el contacto con la gente y el día a día se hace más difícil” recomendó el director, haciendo extensiva sus palabras incluso a todos los presentes, como un importante pero sencillo consejo.
El homenajeado tuvo diversos momentos para agradecer el tiempo dedicado a la institución, reconoció lo importante que fue la Escuela para brindarle la oportunidad de trabajar y proporcionar una educación a sus hijos. “Yo podría haberme ido antes, incluso ahora cuando tuve el ACV que me ‘tiro para abajo’ un tiempo, pero aquí no lo hice porque yo me siento feliz, uno se queda en los lugares donde es feliz” señaló “Don Víctor”.
El desayuno preparado en comunidad, fue la instancia para celebrarlo el 30 de noviembre, último día que trabajó y fue un encuentro creado como una forma de acompañarlo en el inicio de esta nueva etapa en su vida. El espacio dio para recuerdos, anécdotas e historias que tanto Don Víctor como los asistentes fueron recordando, quienes tuvieron lindas palabras para el homenajeado, coincidieron en su amabilidad, su actitud siempre de respecto, sus historias y sus fotografías que luego regalaba a quienes había retratado con mucho cariño. Y también hubo consenso en que se le extrañará con sus queques y sus panes de pascua tan bien recibidos.
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