El uso de pesticidas, especialmente el clorpirifós afecta los mecanismos de los neurotransmisores, provocando síntomas depresivos y aumentando el riesgo de suicidio. En América Latina, se observan problemáticas similares a las de Chile, donde la exposición a plaguicidas está asociada con efectos en la salud neuroconductuales, genotoxicidad, cáncer y efectos reproductivos. Estudios en la región del Maule han encontrado la presencia de pesticidas en el aire y alimentos, especialmente peligroso para niños de 1 a 6 años.
“Exposición a plaguicidas con componentes prohibidos a nivel mundial y en Chile, situación de la región del Maule” es el nombre de la presentación realizada el pasado 22 abril, ante la Cámara de Diputados, en especial ante la Comisión de Medio ambiente y Recursos Naturales, encabezada por la Doctora en Salud Pública, María Teresa Muñoz, académica del Programa de Epidemiología de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile, en base al estudio realizado junto a Lilian Zúñiga, Cristian Valdés, Boris Lucero, Natalia Landeros y Rodrigo de Oliveira, todos investigadores de la Universidad Católica del Maule.
La presentación se basó en la aplicación de plaguicidas con componentes prohibidos a nivel mundial y en Chile, especialmente respecto de la situación que viven los habitantes de los sectores rurales de la Región del Maule, lo cual estuvo apoyado en la presentación de diveros estudios realizados desde el 2012 hasta el 2023, respecto a la exposición a plaguicidas prohibidos a nivel mundial, principalmente en Estados Unidos, pero presentes en Chile.
Durante su intervención, la experta en Salud Pública, expuso respecto a los efectos nocivos de algunos plaguicidas en la salud humana y el medio ambiente, como el clorpirifós (CPF), diazinón (DZ) y dimetoato; herbicidas atrazina, pendimetalina (PDM), metolacloro, simazina y terbutilazina y el fungicida tebuconazol.
En este sentido María Teresa Muñoz, Doctora en Salud Pública, destacó además los efectos en la salud mental, como síntomas depresivos y asociados a la exposición a plaguicidas en base a una revisión sistemática que fue recientemente publicada en una revista de alto impacto. Se hizo referencia además a estudios que señalan que “los riesgos en salud más altos para DZ, CPF y PDM son más alto en niños de 1 a 6 años y bajo grupo de 12 a 70 años. (…) Los resultados mostraron el índice de peligrosidad crónica más alto del escenario chileno para todos los grupos de edad y género. La evidencia obtenida reveló que se debe restringir el uso de metamidofos, metomilo y clorpirifos en la agricultura chilena”.
Evidencia para la toma de decisiones
Uno de los estudios menciandos, liderado por doctora Liliana Zúñiga académica de la Universidad Católica del Maule, trabajó en una revisión donde se pudo establecer que los principales plaguicidas que se usan en la región del Maule están asociados por ejemplo a los órganos fosforados “con efectos neuroconductuales, genotoxicidad, cáncer, efectos reproductivos y también a nivel del perfil lipídico y hematológico” detalla la investigación.
Además, respecto a la realidad de Región del Maule se detallaron estudios “sobre todo uno desarrollado recientemente, que midió a nivel ambiental en la zona de Molina la presencia de algunos pesticidas que se encuentran no solo en los alrededores en el espacio rural, sino también en la misma ciudad de Molina como ejemplo el mismo clorpirifos que estábamos mencionando” detalló la académica de la Escuela de Salud Pública.
Según los estudios presentados, hay plaguicidas que se encuentran en niveles más altos que lo que indica el límite del Ministerio de Salud, lo que pone en riesgo a la población. “Lo positivo es que hay decretos que han prohibido recientemente la venta de ello, pero algunos permiten la renovación de los permisos del Ministerio y de algunas marcas de clorpirifos y eso es lo que más nos preocupa ya que en el fondo todavía se sigue vendiendo”.
Tal como explicó la experta ante la Comisión, esta exposición a pesticidas sigue siendo un factor de riesgo para la salud, especialmente en comunidades rurales que enfrentan un doble riesgo debido al consumo de vegetales contaminados y a la deriva de plaguicidas en el ambiente. “La importancia de esta presentación en la comisión, es crucial para lograr la implementación de un monitoreo ambiental de plaguicidas, así como un biomonitoreo en poblaciones expuestas para identificar y prevenir posibles impactos en la salud. La vigilancia epidemiológica activa en estas comunidades agrícolas es fundamental para proteger la salud de la población" afirmó María Teresa Muñoz.
Según se estableció, a pesar de la prohibición de ciertos plaguicidas peligrosos, como el azinfos metil y el paraquat, aún éstos se siguen utilizando “por lo que es necesario regular el acceso a otros plaguicidas de riesgo y promover su aplicación solo por personas altamente capacitadas”. Además, se hizo hincapié en la importancia de la intervención de las comunidades rurales en conjunto con agencias gubernamentales y empresas agrícolas para implementar medidas que reduzcan la exposición de la población a estos productos químicos. "Es fundamental aplicar el principio precautorio y promover intervenciones basadas en la experiencia y el conocimiento local, contribuyendo así a la búsqueda de soluciones efectivas frente a los problemas ambientales” concluyó la académica de la Escuela de Salud Pública.