El cáncer colorrectal es actualmente la segunda causa de incidencia y la tercera de mortalidad por cáncer en Chile, y sus cifras no han dejado de aumentar. En este complejo escenario, el profesor Nicolás Silva Illanes, magíster en Políticas Públicas y académico del Programa de Políticas, Sistemas y Gestión de Salud de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile, encabeza desde el país una colaboración internacional para responder con evidencia científica robusta a este desafío.
Se trata del proyecto "Estudio de factibilidad de un programa nacional de tamizaje de cáncer colorrectal en Chile", que fue recientemente adjudicado por el fondo Seed Partnerships del programa Stanford Impact Labs (SIL). La iniciativa obtuvo un financiamiento de USD $350.000 y es liderada desde Stanford por el profesor Fernando Alarid-Escudero, en colaboración con el Ministerio de Salud de Chile (MINSAL) y el Centro para la Prevención y Control del Cáncer (CECAN), donde el profesor Silva es investigador asociado.
“Estos fondos nos permitirán profundizar nuestras estimaciones de costo-efectividad y modelamiento del tamizaje de cáncer colorrectal, además de financiar visitas de profesores de Stanford a Chile y la capacitación de equipos chilenos en Stanford en modelamiento de costo-efectividad”, explicó el académico.
El objetivo central del proyecto es adaptar el modelo de simulación estadounidense SimCRC —utilizado por el gobierno de EE.UU. para definir políticas de tamizaje— a la realidad chilena. A través de esta herramienta, el equipo podrá evaluar distintos escenarios de implementación de pruebas inmunoquímicas fecales (FIT), considerando variables como edad de inicio, frecuencia de aplicación y umbral de positividad, siempre en relación con las limitaciones actuales del sistema de salud chileno.
“Este proyecto tiene como objetivo desarrollar un modelo estadístico de simulación que permita entregar recomendaciones al Ministerio de Salud sobre cuál sería la estrategia más costo-efectiva para implementar un programa de tamizaje de cáncer colorrectal, considerando la oferta limitada de colonoscopías disponible en el país”, precisó Silva.
Chile aporta al proyecto información local clave —como prevalencia de adenomas, tasas de incidencia y mortalidad, y capacidad instalada en salud— a través de los equipos de CECAN y el Ministerio de Salud. El trabajo contempla, además, actividades formativas presenciales en Chile y pasantías en Stanford para profesionales chilenos.
“La colaboración incluye instancias concretas de capacitación, tanto en Chile como en el extranjero. En particular, se contempla una pasantía en Stanford para un equipo chileno compuesto por integrantes de la academia y del Ministerio de Salud, lo que favorecerá el intercambio de conocimientos y el fortalecimiento de capacidades institucionales”, comentó.
La elección de SimCRC como base no es casual. Se trata de uno de los modelos más utilizados y validados a nivel internacional en decisiones de política de salud en cáncer. Su adaptación local permitirá contar con una herramienta científica precisa para guiar la toma de decisiones en el país.
“La colaboración con CISNET, y en particular con el equipo de la Universidad de Stanford, nos permitirá adaptar SimCRC a la realidad epidemiológica chilena, generando así una herramienta útil y pertinente para la toma de decisiones en el contexto nacional”, explicó el académico. “Esta adaptación no solo incorpora la experiencia y rigurosidad acumuladas durante décadas por el equipo desarrollador, sino que también garantiza que el modelo refleje adecuadamente las particularidades de nuestra población y sistema de salud”, agregó.
Colaboración internacional al servicio del país

La participación del Ministerio de Salud ha sido clave para alinear el proyecto con las prioridades definidas en el Plan Nacional del Cáncer 2022-2027, el cual identifica como objetivo prioritario la evaluación de programas de tamizaje costo-efectivos. “Consideramos que este tipo de colaboración es fundamental para generar propuestas informadas y pertinentes para la toma de decisiones, ya que permite articular el trabajo conjunto entre la academia y los tomadores de decisiones en torno a una problemática concreta”, señaló Silva.
También se contempla que esta iniciativa siente las bases para futuros proyectos en otras áreas del cáncer, y que contribuya a instalar capacidades permanentes de análisis y modelamiento en el país.
“Esperamos también articularnos con la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile para involucrar a investigadores de ese plantel en estas actividades formativas, ampliando así el alcance y sostenibilidad del fortalecimiento de capacidades en modelamiento dentro de nuestra universidad y a nivel nacional”, concluyó.