La Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile fue sede del seminario “Intercambio de experiencias en investigación cualitativa desde el Sur Global: colaboraciones entre Sudáfrica, Brasil y Chile”, actividad organizada por el Programa de Salud Colectiva y Medicina Social, que reunió a investigadoras e investigadores nacionales e internacionales en torno a los desafíos contemporáneos de la salud desde una perspectiva crítica, situada y decolonial.
En la apertura del encuentro, la subdirectora de la Escuela de Salud Pública, Prof. Marinella Mazzei, destacó el sentido institucional del seminario y el valor de las redes académicas internacionales. “este seminario pone en valor no solo el fortalecimiento de las redes de colaboración, sino también la visibilización de investigaciones colaborativas que se han desarrollado desde hace tiempo”, señaló. Asimismo, subrayó que la actividad permitió relevar “la importancia de abordar aspectos socioculturales y de salud desde realidades territoriales específicas, en una conversación que cruza interculturalidad, migración, pueblos indígenas y cambio climático”.
La moderación del seminario estuvo a cargo de la académica María Sol Anigstein, integrante del Programa de Salud Colectiva y Medicina Social, quien contextualizó el encuentro señalando que “este seminario busca generar un espacio de intercambio profundo entre experiencias de investigación cualitativa desarrolladas desde el Sur Global, reconociendo trayectorias, metodologías y compromisos que dialogan entre continentes”.
El primer panel estuvo dedicado a la experiencia Sudáfrica–Chile y abordó la investigación “Dar a luz en tierras ajenas: migración, cuerpos y maternidades en Chile y Sudáfrica”. En su exposición, la antropóloga de la salud y académica de la Universidad de Witwatersrand, Dra. Lorena Núñez, reflexionó sobre las condiciones estructurales que enfrentan las mujeres migrantes en ambos países. “Tanto Chile como Sudáfrica transitan hacia la democracia con promesas que no se han cumplido del todo, especialmente en términos de desigualdad. En ambos contextos, la migración aumenta y, junto con ello, emergen políticas y prácticas que securitizan a las personas migrantes”, explicó.
La investigadora profundizó en el concepto de xenofobia médica para describir prácticas discriminatorias en el sistema de salud sudafricano. “Se trata de negar o retrasar la atención, exigir documentos que no están contemplados en la legislación o realizar triajes discriminatorios únicamente por la condición de extranjero”, afirmó, agregando que estas dinámicas afectan de manera particular a mujeres migrantes negras e indígenas en contextos de atención obstétrica. En ese marco, propuso el concepto de xenofobia obstétrica como una herramienta analítica que permite comprender cómo se tensionan los derechos, la maternidad y la pertenencia nacional en los servicios de salud pública.
La presentación fue complementada por la académica de la Escuela de Salud Pública, Dra. Andrea Álvarez Carimoney, quien expuso los resultados de una investigación cualitativa desarrollada en el Servicio de Salud Metropolitano Central. “Nuestro objetivo fue indagar en cómo los equipos de salud reproductiva comprenden y abordan la atención de mujeres migrantes en gestación, utilizando entrevistas individuales y grupos focales con profesionales de distintos niveles de atención”, explicó.
Desde una perspectiva antropológica crítica, la investigadora señaló que, si bien en Chile existe un compromiso institucional con el acceso a la salud, persisten tensiones relevantes en la práctica cotidiana. “Las diferencias culturales son reconocidas, pero muchas veces operan como un obstáculo para el logro de las metas sanitarias, lo que genera un impulso por homogenizar a las mujeres migrantes a las normas de la población nacional”, indicó. Asimismo, advirtió que “la discriminación suele ser negada por los equipos, aunque aparece de manera indirecta en los relatos cuando se habla de incomodidades, exigencias excesivas o dificultades de adherencia”.
Diálogos interculturales y justicia cognitiva en la experiencia Brasil–Chile
El segundo panel del seminario abordó la experiencia Brasil–Chile bajo el título “Encuentros de saberes: diálogos interculturales e interdisciplinarios entre la academia y los pueblos indígenas”, con exposiciones de investigadoras e investigadores de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz) y de la Escuela de Salud Pública.
El investigador de Fiocruz, Dr. Marcelo Firpo Porto, presentó el trabajo del Núcleo de Ecologías y Encuentros de Saberes para la Promoción Emancipadora de la Salud (NEPES), destacando la necesidad de transformar las formas tradicionales de producción de conocimiento. “Nuestra misión es producir conocimientos que apoyen las luchas por salud, dignidad y derechos territoriales junto a pueblos y territorios, incorporando dimensiones de justicia social, sanitaria, ambiental y cognitiva”, afirmó. En ese sentido, sostuvo que la justicia cognitiva es central para enfrentar las crisis actuales, ya que “los pueblos indígenas y comunidades tradicionales producen ciencia y sistemas de conocimiento que han sido históricamente deslegitimados por la academia moderna”.
Por su parte, la investigadora Marina Fasanello, integrante de NEPES, profundizó en el uso de metodologías sensibles y colaborativas, señalando que estas permiten investigar junto a los territorios desde relaciones de confianza y reconocimiento mutuo. “La justicia cognitiva implica estructurar otras formas de legitimidad del conocimiento, más allá de los cánones de la ciencia moderna, sin abandonar el rigor, pero sí superando su falta de sensibilidad”, afirmó. En ese marco, explicó que los encuentros de saberes buscan crear espacios donde “la oralidad, el arte, la memoria territorial y las cosmologías no sean anexos, sino componentes centrales de la producción de conocimiento”, con impacto tanto en la reflexión académica como en la formulación de políticas públicas en salud.
El académico de la Escuela de Salud Pública, Dr. Sebastián Medina, abordó los aprendizajes derivados del intercambio entre Brasil y Chile, destacando su relevancia frente a las crisis sociales, sanitarias y ecológicas actuales. “La articulación de saberes es urgente no para acumular conocimiento, sino para generar herramientas concretas de defensa de la vida, los territorios y el buen vivir”, señaló, enfatizando que estas experiencias permiten salir de miradas dicotómicas y avanzar hacia prácticas transformadoras en salud pública.
Asimismo, Medina sostuvo que estos diálogos intercontinentales abren la posibilidad de repensar el rol de la academia. “Necesitamos reforestar el conocimiento científico, incorporando cosmovisiones indígenas y saberes comunitarios que cuestionan la idea de una única racionalidad válida”, afirmó. A su juicio, frente al colapso ecológico y social, “la academia debe dejarse transformar por estos diálogos si quiere contribuir efectivamente a otras formas de cuidar, sanar y habitar los territorios”.
El seminario concluyó con un espacio de diálogo abierto entre expositores y participantes, reafirmando el valor de la investigación cualitativa crítica y de las colaboraciones internacionales como herramientas fundamentales para repensar la salud pública desde el Sur Global, con enfoque en derechos, interculturalidad y justicia social.
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